CANTARES DE MI TIERRA
Nuestro departamento es en sí totalmente folclórico; el pueblo tiene la copla a flor de labio; sus costumbres altamente típicas, hacen revivir a lo que se fue; sus dichos, sus refranes, se engastan en alta y franca filosofía. Todo es en Nariño pureza, emoción, dulzura y amor:
Y para probar lo expuesto, la copla siguiente dará idea de lo que es nuestro pueblo. Oigamos al enamorado después de haber visto por primera vez a una mujer hermosa:
Con mis ojos, con mis ojos,
con ellos he de pagar,
porque con ellos he visto,
lo que no podré olvidar.
Más cuando el amante no se siente correspondido, y sufre locamente por la mujer de sus ensueños, desgranan sus labios el fruto de su inspiración:
Hasta cuando viviré
como garza en la laguna,
saltando de piedra en piedra,
sin esperanza ninguna.
Pero las presuntas suegras, tampoco se quedan sin que el poeta popular les haya dedicado alguna de sus estrofas; leamos la copla:
yo te quisiera querer
y tu mamá no me deja
el demonio de la vieja,
que en todo se ha de meter.
Y otra vez salta el galán lleno el corazón de pesares, por la impaciencia de no ser amado, y su pena canta así:
Yo le digo al corazón
que sufra y tenga paciencia
y él me responde llorando
ya no tengo resistencia.
Y ahora leamos las verdades que entona el pueblo:
No quiero querer a nadie
ni que me quieran a mi
no quiero pasar trabajos
ni que los pasen por mí.
El amor de las mujeres
es como el del alacrán,
cuando ven al hombre pobre
alzan el rabo y se van.
Admiremos ésta donde la amada no cree en las palabras de cariño dichas por su amante; se imagina que la engaña:
Vos decís que me querís
yo digo que así será
las caricias son conmigo
y el amor con quien será.
Es lo más común que dentro del enredo del querer, salga la dama con su bendita traición, y a lo mejor con el mismo compañero del verdadero amante; la copla que viene nos habla de esta sospecha:
A yo se me está poniendo
en la copa de mi sombrero
que vos me la estás haciendo
con mi mismo compañero.
Cuando el hombre no se haya correspondido, siente odio por casi todas las mujeres, y la copla picante es un látigo que se descarga sobre el sentimiento de las despiadadas; leamos éstas:
Las mujeres de este tiempo
son como la granadilla
dejan de querer a uno
por querer una cuadrilla.
Las mujeres de este tiempo
son como el carbón molido
no saben lavar un plato
mamita quiero marido.
Las mujeres cuando llegan a cierta edad, suspiran amargamente por contraer lo más pronto matrimonio para cumplir con las leyes de la naturaleza; por eso las coplas nos lo narran:
Mamita cásame pronto,
que me come el quililí;
hijita tené paciencia,
que así me comía a mí.
Mamita cásame pronto,
y ha de ser con un herrero
para que me saque chispas
de este...puñetero.............
Mi madre me las pegó
porque le pedí marido
vuelvamelas a pegar
y deme lo que le pido.
Las mujeres han dedicado a los hombres sus coplas, diciéndoles en su cara de que son traidores, en la forma más elegante, como es la que sigue:
Las estrellas en el cielo
corren una y corren dos,
así son estos cochinos
quieren una y quieren dos.
El santo sacramento del matrimonio, es uno de los más serios, porque toca llevarlo a cuestas todos los días de la vida.j Al tratar de entrar como socio de esta dichosa como amarga empresa, s debe meditar con mucha serenidad el paso que se va a dar, para que después de efectuado el enlace no se pueda soportar el peso de la cruz, y se cante así:
A la una nací yo,
a las dos me bautizaron
a las tres busqué mujer,
a las cuatro me casaron.
y luego viendo la realidad de la vida, se lamente de esta manera:
Para qué me casaría
con tanto apresuramiento,
para no poder llevar
este santo sacramento.
Qué martirio es ser casado
con vieja que no se entiende
mejor sería estar muerto,
y no estar crucificado.
Me mujer me tiene frito
con su gesto y su desdén
yo me encuentro atormentado
en su bendito querer.
Yo pensé hallar el cielo
y vivir en dulce amor
hoy me muero en un infierno
entre llamas de furor....
Roberto Mora Benavides (cantares)
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